«Si no me definiera a mí misma por mí misma, me meterían en las fantasías de los demás y me comerían viva». Una niña negra abre los ojos en el Harlem de los años treinta. A su alrededor, un embriagador remolino de transeúntes, bocinas de coches, lámparas de queroseno, la caída de la bolsa, plátanos fritos, historias de la Granada natal de sus padres. Caminando a la escuela pública por las aceras nevadas, se da cuenta de que tiene la lengua trabada, que es legalmente ciega y que sus hermanas mayores la han dejado atrás. Sigue dando tumbos a través del dolor y la soledad de la adolescencia, pero luego hacia la felicidad en la amistad, el trabajo y el sexo, desde Washington Heights hasta México, siempre cambiando, siempre fuerte. Esta es la historia de Audre Lorde, un relato apasionante y alentador sobre la independencia, el amor, el trabajo, la fuerza, la sexualidad y el cambio. Esta es la primera y única novela de Lorde, una de las voces fundamentales del feminismo afroamericano.