En los relatos de Zoológico íntimo se amalgaman otredades que permanecen en lo cotidiano, pero si siguen sorprendiendo, es porque creemos que son visitas esporádicas, impresiones, memorias de alguien más Vibraciones de lo extraño que aprendemos a reconocer como propias. ¿No sería la realidad una aventura generada por lo imaginario; la fuente de un desarraigo voraz?