Desde siempre, los ciclos naturales ordenaron la vida humana y sus sociedades; fue con la irrupción de la industria y sus exigencias que el respeto por la naturaleza y por sus tiempos de regeneración fueron suplidos en importancia por los de venta y producción. Fue en nombre de la rentabilidad que se alteraron los calendarios agrícolas, de pesca y, de manera alarmante, el ciclo hidrológico, que en si continuidad comunica la vida misma. A decir de Francisco López Bárcenas, el agua no era sólo un alimento indispensable, sino también fuente de cultura. No era exclusivamente un alimento material sino también espiritual. No era sólo cosa de los seres humanos sino también de dioses. No era propiedad de nadie porque era de todos. Bajo estas reflexiones podemos ver que el agua se ha convertido en mercancía y a quienes más padecen hoy los estragos del capitalismo. Agua y pueblos indígenas incursiona en los territorios de las comunidades ancestrales afectadas y nos acerca a las diferentes maneras en que se les despojó de ellos. Asimismo, analiza la evolución de la condición jurídica del agua desde que los europeos llegaron al Anáhuac hasta nuestros días; revela el manejo comunitario del agua a contrapelo de las disposiciones legales y sistematiza las luchas históricas y actuales de loa pueblos indígenas en defensa del agua.