Esta novela, leyenda del amor y el desierto, presenta el trueque de los poderes más sugestivos y tiernos de la imaginación: el agua y la tierra, la pubertad y el valor, el reino animal y los genios malignos, la búsqueda y los caminos del aprendizaje. Como ha dicho Carlos Fuentes sobre Auliya, la gran metáfora de la pérdida y recuperación de poderes ilumina este libro mágico y generoso. Me pregunto a veces si toda literatura, poema o narración, no es, en el fondo, consciente o inconscientemente, un heroico intento de recuperar los poderes perdidos.