Cuanto más sabemos sobre las consecuencias catastróficas del cambio climático, más combustibles fósiles quemamos. ¿Cómo terminamos en este lío? En este magistral documento de historia, Andreas Malm afirma que todo comenzó en Gran Bretaña con el auge de la energía de vapor. Pero, ¿por qué los fabricantes pasaron de las fuentes tradicionales de energía, en particular los molinos de agua, a un motor de carbón? Contrariamente a las opiniones establecidas, el vapor no ofrecía ni una energía más barata ni más abundante, sino un control superior del trabajo subordinado. Animado por los combustibles fósiles, el capital podría por fin concentrar la producción en los sitios más rentables y durante las horas más convenientes, como continúa haciéndo hoy. Desde el Manchester del siglo XIX hasta la actual explosión de las emisiones en China, desde el triunfo original del carbón hasta el estancado cambio hacia las energías renovables, este interesante estudio se centra en el corazón candente del capital y demuestra, con una profundidad sin precedentes, que bajar la temperatura requiere emprender un derrocamiento radical del orden económico actual.