En la época actual y dentro del contexto de la cultura occidental, el imaginario sobre el cual se
fundamentan y se asientan nuestra manera de entender derechos humanos es insuficiente, bastante
reducido y demasiado estrecho. Afirma Eduardo Galeano que tan grande es el abismo entre lo que
se dice y lo que se hace sobre derechos humanos que cuando ambos van caminando por la calle y
se cruzan en una esquina, pasan de largo sin saludarse porque no se conocen. (...) parece como si
existiera una cultura de impotencia y excesivamente conformista, que bajo la excusa de ese abismo
entre lo dicho y lo hecho, adopta la actitud de seguir dejando las cosas tal como están. A lo mejor
es que esta separación que damos como natural e indiscutible, sea una de las razones que justifican
la indolencia y la pasividad a la hora de construir día a día y en todos los lugares sociales, derechos
humanos. Quizá ahí esté la trampa: al considerarse como natural, normal e indiscutible la distancia
entre la teoría y la práctica, se está consolidando y fortaleciendo una forma de entender y practicar
la convivencia humana sin más pretensiones, que interesa a quienes más les beneficia que eso sea
así, porque de esta manera se logran muchos beneficios egoístas y se evitan muchos problemas y
dolores de cabeza relacionados con la movilización y la resistencia popular. Siendo los menos, salen
ganando en un estado de hecho en donde la gran mayoría sale perdiendo.
A través de los distintos trabajos que se recogen en este libro, se pretende subrayar desde temáticas
diferentes, cuáles son algunas de las razones de las deficiencias, las carencias y los límites de esta
idea reducida y estos comportamientos blindados sobre derechos humanos desarrollados en nuestras
sociedades constitucionales y democráticas. Por medio del atrevimiento de aventurarnos en campos
tan dispares y diversos como los de la ciencia-ficción, la mal llamada intervención humanitaria, el
universalismo, el relativismo y la pluriversalidad y el proceso de gestación occidental de los
derechos humanos, se manifiesta la necesidad de resignificar y revisar, sobre la base de las tramas
sociales, una concepción excesivamente eurocéntrica, formalista, normativista y jurídico-positivista
de los mismos.