La lectura de Cuál es el pez que tiñe el mar nos deposita, desde el comienzo, en un estado de desacomodo, de extrañamiento. Quien narra es Clara, una joven actriz que viaja a Japón, entre otras cosas, para asistir a una residencia de teatro. Es en ese alejarse de todo lo conocido, y en el encuentro con lo otro, que se van a tensar íntimamente las cuerdas de una historia que va apareciendo como una revelación. Con una escritura climática y sensorial, Antonella Saldicco nos guía a través del tiempo y del espacio. Su voz emerge como desde la caja de resonancia de un instrumento muy antiguo, ejecutado de una forma nueva.