Portmán muestra la existencia de posibilidades de ruptura, interrupción y negociación dentro del espacio de la hegemonía, llegando a ser posible que las clases subordinadas se transformen en dominantes.
Treinta años después del cierre definitivo de todas las instalaciones mineras y del despido de sus más de trescientos trabajadores, Portmán, en la costa de la Región de Murcia, sigue siendo un desastre medioambiental, probablemente el mayor del Mediterráneo. Desde que en 1959 la dictadura franquista autorizase a la multinacional minera Peñarroya a verter directamente al mar los desechos que producía la extracción de plomo, zinc, cobre y plata de la Sierra Minera de Cartagena-La Unión, mezclados con reactivos químicos altamente contaminantes, unos 50 millones de toneladas fueron arrojados hasta cubrir la plataforma marina y la bahía de este pequeño pueblo. Mientras tanto, a escasos kilómetros, el territorio también mutaba impulsado por el desarrollo turístico de La Manga y el Mar Menor. Desde 1992, los proyectos de regeneración para Portmán siempre han ido unidos a un desarrollo turístico y urbanístico desaforado. Del mismo modo, todos han sido contestados por una población antaño quiescente con los vertidos.
Este libro analiza los procesos sociales vividos en Portmán desde el boom minero de finales del siglo XIX hasta nuestros días. Las diversas formas de control social, las particularidades del entorno comunicativo local y el papel de la participación vecinal en la conformación de un discurso propio sobre el desarrollo turístico y la regeneración ambiental del entorno. Un recorrido antropológico que muestra cómo una comunidad puede cambiar sus formas de entender el territorio y de entenderse a sí misma y, especialmente, cómo se pueden reconfigurar los discursos y construir hegemonía cultural desde la subalternidad.