A partir de la relectura de la tradición marxiana sobre los dispositivos de producción y convertibilidad general, "De la naturaleza de las cosas de Marx expone la ligadura y la fuga entre la forma-valor económica y los principios de traducibilidad, en virtud de una contratraducción interna que expone e interrumpe las formas de nombrar y legitimar. Esto no implica, sin embargo, una posición reaccionaria o frontal. Formal y temáticamente, se trata de las letras como residuo de la producción del valor de la mercancía traducible, que remite al traductor soberano que dicta lo intraducible o decide traducir por equivalencia. Constituye una apuesta por un trazo de división como instancia de radical intraducibilidad: un trazo de división que es también la accidentalidad de su propia traducción, y que atañe a la parataxis de la escritura como una conexión desgarrada. Así la interrupción, los adverbios, el tempo, los guiones son como el efecto de superficie de un concepto, no operan simplemente como un recurso secundario sino como advenimiento acontecimental, en tanto que escinde la clausura disciplinaria y desmonta la seguridad del valor de lo posible. A la vez, cicatriz de nuestra traducción (im)posible.