Afirmar que la izquierda latinoamericana está en crisis, es casi un lugar común. No obstante, esto no quiere decir que hayamos debatido a profundidad en qué consiste esta crisis y cómo salir de ella. En esta obra encontraremos elementos sustantivos para dar la discusión, al menos, en dos ejes: frente a la posición que insiste en que la lucha anticapitalista debe pasar la toma del poder estatal y celebra la llegada de la llamada era progresista, el recorrido que Zibechi hace por países como Argentina, Brasil, Bolivia Paraguay, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay muestra de qué modo buena parte de los movimientos sigue enfrentándose con la complicidad de las clases económicas y política, manteniendo su resistencia frente al despojo, la cooptación, la criminalización y la represión. Por otro lado, frente a la iniciativa, incluso bienintencionada de producir pensamiento crítico en los espacios académicas, el autor sostendrá que es en los conflictos en las propias prácticas emancipatorias, en la lucha de los oprimidos, donde radica su fuente.Ambos ejes están atravesados por una condición histórica y estructural: el colonialismo. Creer que las ideas se elaboran en espacios cerrados por especialistas para luego ser trasladadas al combate, es un modo colonial de ver el mundo. Luchar por el gobierno de la maquinaria estatal, producto de la colonización, es negar la creación que los abajo hacen de los poderes no coloniales. En este sentido, esta obra aporta al debate de la izquierda latinoamericana apostando por la descolonización del pensamiento crítico y las rebeldías. Lo que implica la necesidad de reconocer y aprender de los sujetos del pensamiento insumiso pero, también, dejar de equiparar poder con Estado, desligar el nudo que hasta ahora ha venido amarrando poder con opresión.