Si bien Katherine Mansfield no escribió estas páginas con intención de publicarlas, fue su viudo, John M. Murry, que además fue su editor, quien se dedicó a rescatar todos los documentos inéditos que Katherine había dejado desde 1914 hasta tres meses antes de su muerte.
Con fragmentos de ficción, pequeñas notas personales e incluso papeles donde Katherine apuntaba las cuentas domésticas, construyó este magnífico testimonio. Lleno de agudezas y ternura, cargado de amor por la vida y sentido del humor, el Diario es un documento importante para entender el espíritu de las mujeres en el siglo XX.