Katherine Mansfield está considerada como una de las más distinguidas escritoras inglesas. Su vida fue una constante negación de su entorno, un rechazo de su ubicación social, una impugnación de su tiempo.
Este libro es un compedio de sus mejores cuentos, que se distinguen principalmente por los admirables tipos femeninos que supo crear, llenos de una delicada piedad y por la suavidad con que la autora los pinta en el sufrimiento y la desesperación.
Ciertos críticos han advertido en ella influencias de Chejov y de Baudelaire.