¿Quién no ha sentido a veces que los teléfonos inteligentes, Internet y la televisión nos distraen y roban tiempo de vida? ¿Cómo podemos ser dueños de nuestro tiempo y aprovecharlo al máximo? Ya en siglo I d. de C., Séneca, el célebre político y filósofo romano, ofreció una de las respuestas más famosas a esta pregunta en su célebre obraSobre la brevedad de la vida, que sigue hoy plenamente vigente y que presentamos aquí en una vibrante y nueva traducción.
Con un ingenio satírico demoledor, Séneca se burla de las formas en que malgastamos nuestro tiempo sin darnos cuenta de lo precioso que es. No permitimos que nos roben el dinero, pero sí que saqueen nuestro tiempo, o bien lo regalamos nosotros mismos en búsquedas inútiles y ociosas. Séneca nos exhorta a aprovechar mejor nuestros breves días y años, y nos invita a hacer que nuestras vidas sean más largas, incluso eternas, porque vivir una vida real es alcanzar una especie de inmortalidad.