Hay que leer El vía crucis del cuerpo como una liberación de su condición de escritora esclava, pornógrafa, pero no por la pureza sino por el lixo (basura), pasando por la perversión y humillación que el capitalismo le inflige a los escritores y a las mujeres. Sobre todo a escritoras mujeres. Clarice, con más de diez libros publicados y una vida entregada a la creación literaria, tiene que aclarar: "solo aviso que no escribo por dinero y sí por impulso".