Existe el hábito de aceptar con total naturalidad que hay cosas de las que «no se habla» a pesar de que suceden ininterrumpidamente a nuestro alrededor. Una de ellas es la sexualidad de las mujeres que han superado los 60 años. Históricamente, la sexualidad femenina ha sido un tema difícil, casi tabú. Más aún si se trata de abordar el tema en quienes han sobrepasado el umbral de la menopausia, que suelen ser marginadas de la vida social y sexual dado que ya cumplieron con los mandatos que la sociedad asigna al género femenino: ser madres y esposas.
En las últimas décadas, en las sociedades occidentales han habido cambios significativos en estas posturas y hoy muchas mujeres de 60 se sienten con mayor libertad para disfrutar plenamente de su vida y de su sexualidad. Sin embargo, aún persisten mitos y prejuicios en torno a estos temas. Uno de los más comunes es el que sostiene que el deseo y el goce femenino finalizan con la menopausia. Esta suposición, muy extendida, no tiene nada de cierto.
Desde una perspectiva de género, Erotismo, mujeres y sexualidad Después de los sesenta, pone en cuestión los relatos sobre la femineidad y el sexo que todavía circulan y estigmatizan a las mujeres.
Con el aporte de diversos testimonios, Coria nos acerca un libro imprescindible para mujeres y para hombres que desafía algunos postulados de nuestra sociedad actual.
Novedoso y ágil, le propone a la mujer de hoy alternativas para pensar(se) en torno a la sexualidad y el erotismo.
Esta nueva edición incluye un nuevo capítulo en el que Clara Coria se propone desenmascarar el motivo profundo que pone en marcho el atentado simbólico que deja a las mujeres excluidas de su propio erotismo.
«Siempre hago hincapié en que lo que afecta a la mitad femenina de la humanidad, necesariamente afecta a la otra mitad» dice Coria. En lo que a sexualidad se refiere, para quienes son ya mayores, ambos géneros suelen padecer innecesariamente imposiciones socioculturales que generan no pocos conflictos. Los varones, que con el paso del tiempo reducen su capacidad eréctil, suelen sentirse exigidos a una potencia que sigue focalizándose en la erección de su miembro. Y las mujeres, a quienes ya se les ha modificado la imagen física del modelo de atracción «socialmente correcto», se ven obligadas a realizar malabares para combatir la marginación de la que son objeto a causa de la edad. Ambos suelen perderse de seguir disfrutando de una sexualidad que aún está a su disposición y que excede en mucho la mecánica genital. Un libro cuyo objetivo es eliminar los velos que ya no ocultan nada pero siguen siendo utilizados para mantener en las sombras la sexualidad femenina. Un libro que pretende poner en evidencia algo de lo que «no se habla».