«Toda la obra de Carmen Iriondo trabaja sobre su pasio´n extrema, debo decirlo asi´, la danza. Y no es casual que en esta ocasio´n trabaje ma´s expli´citamente sobre ese fantasma que la corona (que la vuelve Reina de los Fantasmas): la inmovilidad, la potencia de la poesi´a. Aquel poeta que dijo:
alli´ en el inmo´vil punto esta´ la danza como pausa no inmo´vil, no hizo otra cosa que corroborar la teori´a de Dome´nico de Piacenza, un antiguo maestro de danza de la corte de los Sforza nos asegura Giorgio Agamben.
El maestro aconsejo´: He de decirte que quien quiera aprender el oficio, tiene que danzar por fantasmata, (
) que es una facultad del intelecto
detenie´ndote en el momento en que te parezca haber visto la cabeza de Medusa, una vez iniciado el movimiento. Es el poema, es lo que nos libera, como la misma danza, de toda necesidad y utilidad. Es lo que produce tiempo enemista´ndose con e´l. Es lo que agita las ima´genes que hacen de nuestro cuerpo una database donde todas las ima´genes se transforman y crecen.
Con ese ve´rtigo y alegri´a trabaja Carmen Iriondo u´ltimamente, con ese fantasmata que no es otra cosa que un sentido en trance».
Arturo Carrera