La filosofía de Rubert de Ventós es peculiar no tanto por los temas que abarca sino por su manera «casual, más bien relajada, siempre ocasional» de tratarlos. Su actitud filosófica, consistente en «no verlo claro», lo conduce a conclusiones que, a pesar de estar a la vista de todos, generalmente pasan inadvertidas por no ser acordes con «el sentido» imperante. Ejemplo inmejorable de este singular modo de reflexionar, Filosofía de andar por casa, alejada de los abundantes y voluminosos compendios que pretenden resolver los grandes misterios del mundo, constituye una reflexión en torno a la cotidianidad: ésta se erige, en efecto, como el mayor estímulo filosófico. A partir de temas como el atentado a las Torres Gemelas, el pudor, los senos, el semen, los curas o la guerra de Irak ?aparentemente diversos pero todos ellos reflejo de una preocupación ontológica por el hombre?, Rubert de Ventós vierte en palabras sus reacciones primeras, espontáneas, al vuelo.