La narradora de esta historia es una traductora y académica de mediana edad que intenta escribir una novela (que es esta novela) sobre una relación pasional y neurótica que tuvo años atrás con un hombre más joven que ella. Tomando el desamor como si fuera una autopsia por realizar, la narradora nos conduce por sus recuerdos y reflexiones, dispuestos de forma fragmentaria y desordenada y plagados de descripciones que rayan la obsesión clínica. Así, asistimos a una búsqueda de la protagonista por determinar qué es lo que sabe sobre sí misma y qué es lo que realmente ocurrió, pero no tardaremos en empezar a sospechar, junto a ella, que ningún recuerdo sale intacto de la equivocidad de la memoria, y que cualquier relato del pasado termina por convertirse en ficción.