Henri Lefebvre estima en su justa medida los crímenes de Stalin y el aplastamiento del levantamiento obrero de Budapest y rompe con el Partido Comunista. Ruptura estridente de la que son testigos su gran libro La suma y el resto y este artículo que no volvió a publicarse jamás, "Hacia un romanticismo revolucionario". En él dibuja a grandes rasgos al hombre nuevo que ese romanticismo convoca: un hombre que le da la espalda al dogmatismo y deja de ser "presa del pasado". Que ya no separa más la política del arte. Que le pide a la imaginación, al sueño y al pensamiento que fecunden la política.