Sara presenta en su primer poemario todas las palabras que la habitan. Lo hace desde la serenidad que da lo ya vivido, desde el aprendizaje vital que acompaña a los errores y a los finales. No tiene miedo a bucear dentro de sí misma para dar respuesta a las preguntas que se hace en voz alta, y lo hace sabiendo que el resto también necesitamos escucharla. En uno de sus poemas, Sara escribe "te conviertes en la primera persona capaz de hablar de paz sin mencionar la guerra". En este libro, Sara habla de la guerra enseñando sus heridas, que no son más que la cicatriz de la victoria. Y nosotros nos convertimos, así en los testigos del triundo.