Admirada hasta el fanatismo por Vivian Gornick -quien prologó alguno de sus libros y la definió como de una profundidad excelsa-, por Truman Capote -el texto que le dedicó es maravilloso-, por Wallace Stevens su arte reside en intentar ocultar su sofisticación. No hay nadie mejor que ella- y por muchos y muchos más, Willa Cather no es sin embargo una escritora de culto. O mejor dicho, sí, pero no es solo eso. Es también una escritora muy leída, de amplia circulación, de permanente actualidad.