En esta novela, colmada de olores y de la luz del desierto, la autora rememora la Argelia de la primera mitad del siglo XX a través del personaje de Mahmud, un hombre que habría querido dedicar sus días a cultivar el amor y la poesía, y ve truncado su destino por las tradiciones familiares, la historia y quizá también por el azar. Su mujer será violada y asesinada delante de su hija Yasmina, quien sobrevivirá a la tragedia aunque en adelante se negará a hablar. Mahmoud, roto por el dolor, la educará para que sea una mujer instruida y sobre todo libre. Ella será quien se encargue de tomar el relevo.