En clara consonancia con el problema del "comprender del comprender" como de-poner originario, en esta cuidada selección de ensayos Werner Hamacher nos sitúa en un plano más elemental: el hecho de que el conocimiento, el arte, la cultura y el mundo están constituidos lingüísticamente y que, por lo tanto, se conforman en el detraimiento, las sustracciones, y las desavenencias de la lengua. Desde una escritura que dialoga y apropia la teoría benjaminiana de la traducción, la perlaboración freudiana, el "que" wittgensteiniano, entre otros, "La detrición de la lengua" es un ejercicio exigente que se pregunta cómo atender los alcances filosóficos y políticos de las afecciones de la lengua para una praxis en pos de la cultura, la democracia y la reparación después de Auschwitz.
Insistir en la pregunta en compromiso con la lengua, nos permite valorar no solo el lugar de lo inexpresable en sus diversos modos de expresión o en las limitaciones de su lingüisticidad, sino también hospedar su ajenidad y su desnombrar fundamental, affundamental como dice Hamacher, por su irrestricto respeto al gesto de dejar en libertad.