Un mes de marzo, una agencia de colocación envía a una joven empleada del hogar a casa de un huraño profesor retirado. Sin embargo, no es un profesor cualquiera: antaño fue un reconocido matemático pero, tras un trágico accidente, solo recuerda lo ocurrido en los últimos ochenta minutos. Aunque siguen apasionándole los números, debe apuntar las cosas importantes en papelitos para repasarlas todos los días, incluida la identidad de quienes lo rodean; una situación que lo convierte en alguien muy vulnerable. Sin embargo, el profesor irá aceptando en su vida la irrupción de la asistenta y de su hijo de diez años, con quien comparte una afición: el béisbol. Poco a poco se fraguará entre los tres una hermosa relación fundada en el afecto y en la transmisión del saber. Una novela que devuelve la esperanza en el alma humana.