Dicen que el es un monstruo. Dicen que ella lo sabía,
Beth y Tom Hardcastle son la pareja perfecta. Los vecinos los envidian: el matrimonio parece estar en una luna de miel perpetua, viven en una casa espectacular y tienen una hija encantadora. Sin embargo, una noche, mientras Beth espera a que su marido regrese del trabajo, la policía llama a su puerta. Es inusualmente tarde y Tom todavía no ha llegado, por lo que rápidamente comienza a preocuparse, Pronto descubre que la realidad es mucho peor de lo que ella imaginaba. Los agentes sostienen que su marido es un asesino, un autentico y sádico monstruo que encuentra placer en el acto de matar. Beth se siente totalmente devastada tras esta revelación, pero sigue sin comprender que es lo que la policía quiere de ella. ¿Acaso es posible que la esposa de un serial killer no sospechara absolutamente nada?