En estos tres textos Mario Tronti presenta su teoría de la política del siglo XX, que en su opinión es la historia de la política de la clase obrera, la política del comunismo como horizonte de la lucha de clases y la constitución de las clases subalternas como clases dirigentes y sujeto político capaz, por primera vez en la historia, de producir un proyecto racional de liberación colectiva susceptible de arrancar a las clases dominantes el control de la reproducción social. La política del sujeto obrero ha sido durante el siglo XX la fuerza primordial para definir el proyecto político de la modernidad y la primera forma de constitución política que ha presentado un desafío estructural por parte de las clases subalternas al proyecto secular de dominación construido por las clases y elites dominantes capitalistas. La política comunista entendida como una apuesta racional de introducción del antagonismo del sujeto productivo como variable independiente de la reproducción social y de destrucción del proyecto de subordinación y explotación global de la riqueza planetaria.
Las preguntas esenciales que plantea Tronti en este libro ?cómo puede pensarse hoy la política tras la derrota del proyecto comunista en el largo siglo XX y cuáles son las relaciones entre antagonismo social y constitución política de las clases dominadas en un entorno de grave crisis del capitalismo, de mutación geopolítica del contexto global y de reacción neoautoritaria de las elites occidentales? constituyen una lúcida reflexión sobre la construcción necesaria de sujetos políticos fuertes capaces de orientar su acción en términos netamente poscapitalistas y revolucionarios en este momento histórico. ¿Cómo construir en consecuencia una política radical, dotada de un fuerte impacto antisistémico, que logre poner fin a la dominación capitalista cuando la crisis es multidimensional y ecológicamente compleja y la composición técnica y política de la fuerza de trabajo ha cambiado radicalmente, oscilando entre el trabajo cognitivo de alta valencia productiva y la vigencia de modelos de explotación neofeudales de una brutalidad y extensión enormes? ¿Cómo pensar ese sujeto político en una coyuntura en la que la violencia del capital y sus elites vuelve a imponerse como un expediente cotidiano de gestión del antagonismo social, cuya virulencia se evidencia en las formas de administración de la crisis de 2008, en la gestión de los flujos migratorios y en el incremento exponencial de la desigualdad dentro de los países individualmente considerados? Si la política de la fuerza de trabajo, que ha vertebrado el siglo XX, constituye la premisa para pensar un mundo en el que la igualdad y la justicia sean fruto de la potencia de los sujetos productivos y no el resultado miserable de su explotación estructural por las relaciones capitalistas de producción, entonces las formas inéditas de cooperación social y de organización política posnacionales indican el horizonte de construcción de los nuevos sujetos políticos en el momento presente.