En 1948 se fundó el Estado de Israel. Si los ciudadanos judíos se congratulaban de ello, los 160.000 palestinos que vivían en la región no sabían a qué atenerse, sintiendo la mirada de sospecha del gobierno israelí sobre ellos, controlados por un sistema militar que determinaba sus vidas. Muchos de ellos perdieron sus hogares bajo los buldóceres o a manos de inmigrantes judíos.