La tesis nuclear que anima este libro combativo radica en sostener que la resistencia se multiplica en las fracturas del poder; es en sus intersticios que se torna efectiva su potencia de oposición y transformación. Contra la opinión fetichizada sobre el Poder como una instancia intocable, de blindaje impenetrable y localizado siempre más allá de las resistencias que puedan oponérsele, el presente libro levanta un argumento central: las fracturas en tal concepción fetichizada del poder son cada vez más evidentes, su pretensión de dominio absoluto deviene delirio. Y lo que es más palmario aún, el ejercicio del poder se disloca constantemente en sus propios usos y abusos: como Capital que se quiere imperante; como Civilización única que se monta sobre todas las demás; como ideal universal de lo Humano, que se revela antropocentrista y particularizado. En franco debate con filósofos contemporáneos de la talla de Simon Critchley, Alain Badiou, Michel Foucault, Gilles Deleuze, Jacques Derrida y Giorgio Agamben, el autor defiende una doble estrategia para la lucha en las fracturas: por un lado, su táctica de resistencia cíclica, reiterativa de una memoria que no olvida las injusticias y los ultrajes, la muerte dada sin justificación en un mundo cada vez más violento e irracional, incluso en su presunción de administración racional de la vida. Por otro lado, la táctica de resistencia intersticial, que actúa astutamente y de forma más sutil, revirando los códigos de institución del poder y el capital, del antropocentrismo y la civilización dominante, en la efectuación destituyente de una resistencia pacífica. En el pendular de una a otra táctica de resistencia, se hacen oír las voces necesarias de algunos clásicos: Benjamín, Nietzsche, Marx. El abordaje del problema filosófico de la resistencia mediante casos de análisis de grupos disidentes y subversivos, le da a este libro la necesaria perspectiva contemporánea y de concreción práctica de las ideas que inciden en la realidad