Tomando el poema Espejo, de Sylvia Plath, como punto de partida, la artista Anaïs Abreu elabora un discurso visual que no sólo acompaña al texto sino lo hace decir otras cosas, acaso no previstas por él. Una foto de Sylvia Plath que se va corroyendo, tachaduras que hacen más esquivos los versos y un espejo opaco del que surge la desesperación, like a terrible fish: todo eso enmarcado en un libro que se despliega en dos biombos, anulando las separaciones tajantes entre una página y otra.