Si 'el origen del verso es el sonido y 'el origen del trazo la mirada, el origen de este texto es, sin duda, un nombre: Natalia Goncharova. Un nombre y dos renombres: la esposa de Pushkin y, con un siglo de diferencia, la pintora vanguardista. Éste es un libro sobre la infancia porque allí están las raíces y, para el artista, primero son las raíces, luego las ramas y después el tronco. Pero no es únicamente una reflexión sobre la infancia de Goncharova, se trata también de un viaje más lejano, hasta la cuna, la 'prehistoria de la pintora. Y más lejano aún, porque la autora se pierde entre las ramas del árbol genealógico de Natalia Goncharova y juega con ilusiones ópticas, cadencias, colores, recuerdos y reminiscencias. Tsvietáieva forja las palabras y crea una prosa que tiene mucho de poesía, la única dimensión existencial admisible para el poeta.