"Contra la burda noción que identifica a las utopías como un ideal regulador, la cubana labra sus propios caminos sabiendo que la realización del paraíso en la tierra que resulta ser lo mismo que el fin de todas las dominaciones no será donación de nadie, sino un esfuerzo colectivo que demanda que quienes diariamente luchan por conseguirlo aprendan de sus errores y los corrijan, que violenten los resultados de sus prácticas y encuentren, en medio de la podredumbre del capitalismo, las fuerzas capaces de vencer aquello que aparece como invencible. Fernando trató de sistematizar ese aprendizaje e hizo reflexiones proyectuales. Esta antología se publica a cinco años de su muerte, gracias al apoyo de su compañera Esther Pérez y a una coordinación de editoriales que quieren rendirle homenaje compartiendo sus textos a fin de permitir a los lectores acercarse al pensamiento de este revolucionario comunista cubano, internacionalista, martiano y fidelista."
Del Prólogo de Magdiel Sánchez Quiroz
"En él se unían el militante y el pensador, el revolucionario y el científico social con criterio propio. Tenía el raro don de unir, en su vida, su gramsciano vínculo orgánico con los movimientos populares y el rigor científico en sus análisis, siempre atento a dejar que la práctica cuestionara y enriqueciera la teoría.
Con la revista Pensamiento Crítico, que fundó y dirigió, supo contribuir a evitar en Cuba el dogmatismo marxista. Además de asesorar a la Revolución Sandinista a raíz de su triunfo, colaboró con la Revolución Bolivariana. Se desplegó por toda la América Latina, socializando sus conocimientos con los movimientos sociales de Brasil donde se mantuvo muy próximo al MST, Argentina, El Salvador y muchos otros países.
Fernando articulaba de manera brillante el pensamiento marxista con la obra de José Martí, y actualizaba ese legado a partir de las experiencias de la Revolución cubana y las prácticas revolucionarias y populares de la América Latina en las últimas cinco décadas. Elegante en el modo de expresar sus ideas, conciso en el discurso oral, profundo en el texto escrito, Fernando desconcertaba a los marxistas ortofónicos que solo saben hacerse eco de la ortodoxia doctrinaria; a los ateos prejuiciosos, ciegos al carácter dialéctico de la religión; a los teóricos y académicos ajenos a la práctica social; y a los activistas entusiastas alejados de la reflexión teórica de sus prácticas."
Fragmentos del Epílogo de Frei Betto