Dulce María Loynaz (La Habana, 1902-2003) fue presidenta de la Academia Cubana de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia de la Lengua. En 1992 mereció, por su singular obra poética, el premio Cervantes.
La poesía cubana actual muestra la variedad de su poder en maestros y jóvenes: Lezama Lima, que ha hecho escuela, y Dulce María Loynaz.