En Occidente lo extraño ha sido hasta hoy objeto de exclusión o de apropiación, de exterminio o marketing de la comercialización del exotismo regurgitado. La actualidad sostiene el mito de la igualdad para hacer desaparecer lo extraño del interior de lo propio. ¿Si sube una subimos todas?
La igualdad es otra forma violenta de aniquilar la singularidad.