La autora propone pensar cómo la publicación de recetarios o libros de cocina constituyó uno de los intersticios a partir de los cuales las mujeres podían emerger en el espacio público como escritoras. Pero, a su vez, la investigación propuesta ahonda en el interior del propio género femenino, es decir, en los modos en que señoras letradas y cocineras, ubicadas en espectros socioeconómicos disímiles se encontraban en un marco de negociación de sentidos e intercambios simbólicos del saber culinario, teniendo por objeto los procedimientos y modos en los se preparaban y presentaban los alimentos transformados en platos a degustar. ( ) Caldo pone en relieve los patrones alimentarios predominantes en la Argentina en el cruce de los siglos XIX y XX a saber: los resabios de la cocina propia de los pueblos originarios, a la cual se le sumaba el aporte de la cocina criolla, y que luego todo ello mutaría con la intervención de la cocina cosmopolita proveniente de Europa. Carolina Facciotti para Avances del Cesor