¿Cómo se retrata una ciudad? A inicios del siglo XX la ciudad de México es el registro de las celebraciones del centenario de la independencia. Los fotógrafos recorren las construcciones del Ángel, hasta convertirlo en símbolo de toda la ciudad, pero también de lo que será la sede del Parlamento y el Palacio de Bellas Artes. Pensando en otro siglo completo de pax porfiriana, el registro de la ciudad es la que está siendo reconstruida para las fiestas. Lo fastuoso convive con lo pintoresco. En el Álbum oficial del Comité de Comercio de la ciudad de México (1911) los burgueses desfilan disfrazados con sus vestidos largos, sombreros de plumas de ganso, sombrillas y levitas al lado de sus empleados indígenas a los que les aprietan los zapatos de charol. Un carro alegórico que circula por la avenida Reforma desnaturaliza el desfile y avisa del futuro inmediato: un campesino de sombrero apunta directamente a la cámara con lo que pensamos podría ser un rifle de madera. No se sabe. El carro alegórico es del estado de Morelos, lugar en el que ni siquiera dos meses más tarde las huestes del general Emiliano Zapata se levantarán en armas contra la dictadura de Porfirio Díaz.