En la correspondencia que sirve de complemento a este volumen, la autora se confiesa a Antonio Gamoneda entregada a ?lo más irracional que he escrito?. Sin embargo, en el proceso de búsqueda que es toda escritura surgen algunos símbolos esenciales (con el día ?del peso de las palabras? del Libro egipcio de los muertos como arranque) que convierten este conjunto de poemas en revelador como sólo lo es el agua que fluye bajo las arenas del desierto, luminoso como el rayo solar que apenas una vez en el año ilumina un secreto de sentido.