Este libro da cuenta de la tensión entre las posibilidades de cambio sociocultural promovido por loe movimientos de población y los límites -y permisos- que le presenta el sistema de género. Más precisamente, se elige a la masculinidad como ámbito donde rastrear transformaciones acarreadas por el fenómeno migratorio. Se trata de un trabajo pionero dentro de los estudios de migración con perspectiva de género porque coloca a los varones como principales unidades de análisis. Sin embargo, por el carácter relacional de las construcciones de género, los hallazgos también hacen referencia a la situación de las mujeres y a la configuración de la feminidad.