El poemario se llama Vírgula, coma en latín, y homenajea la demora, el detenimiento: acaso la condición primera para la poesía. Escenas que parecen acontecer en una quietud siempre prorrogada, momentánea e intensa. La poeta describe el (des)amor, la enfermedad, el abuso y los sentimientos más oscuros con un lenguaje filoso y poético, en escenas cargadas de melancolía, desbaratando lugares comunes, aludiendo apenas a lo que parece ser lo esencial.