Arkhé es un viaje arriesgado, una navegación antiheróica hacia el centro de la tormenta. Pero es también el mapa de las islas en las que halla refugio su autora: la lira de Orfeo y el coro helénicos, sí, pero también el descarnado realismo hispánico. En la poética de Sara J. Trigueros subyace la tradición y se abre incesantemente una herida en el costado eterno de la humanidad: la necesidad de salvar y ser salvado. Y si bien es inmensa la pérdida del yo y del otro durante el camino, lo será tanto como obstinada la insistencia en continuar/sobrevivir.Carmen Juan. Sara J. Trigueros ha sabido encontrar en este poemario ese elemento del que nos hablaba Aristóteles, el «Arkhé», el principio o esencia última de todas las cosas, articulando en dos secciones un corpus que bien podrían envidiar los presocráticos. A través de esas dos partes (sus «Teselas afiladas» y su particular «Auschwitz II») claramente diferenciadas por un interludio que bien hace las veces de casi un descanso emocional, nos lleva de la mano en un viaje que no envidiaría ni el más intrépido Ulises. Unas veces más duro, como aquel que protagoniza Sísifo, otras veces más amargo y crudo, como recordará Prometeo.