Al juntar el sexo y la filosofía en una "cita a ciegas", Anne Dufourmantelle emplea esta analogía para descubrir y examinar los puntos ciegos de la filosofía en un estudio provocativo. Deliciosas y sorprendentes comparaciones surgen de esta cita: tanto el sexo como la filosofía son peligrosos, ambos son socialmente subversivos, además de que los dos se viven como obsesiones. Sin embargo, a pesar de que sexo y filosofía tengan mucho en común, casi nunca se han encontrado hasta ahora. Sócrates y Diógenes tuvieron poco que decir sobre el sexo, y a pesar de que estuvo ampliamente explorado por el marqués de Sade, este libro explica por qué la filosofía nunca se ha sexualizado ni tampoco el sexo filosofado. "Cita a ciegas" resalta la supresión notable de temas sexuales en las obras filosóficas, mientras que abre las puertas para una posible unión. Así, Dufourmantelle invita a sus lectores a recordar que el pensamiento no requiere de la represión del deseo propio, sino argumenta que el sexo está por doquier y que estimula todo tipo de pensamiento.