La idea anarquista, propagada por medio del discurso, de las publicaciones o los hechos, se convertía en el centro de atención de juristas y criminólogos. La propaganda anarquista constituía así un objeto claro de criminalización.
El libro se centra en el estudio y contraposición de dos grupos de discursos: los criminológicos acerca del anarquismo, y aquellos del ideario anarquista respecto de la cuestión criminal. El texto realiza un recorrido por las bases filosófico-teóricas de los discursos criminológicos y de la configuración de su diagnosis sobre el «problema» anarquista en el contexto del «progresismo» decimonónico. Se estudia cómo esas teorías llevaron a la elaboración de propuestas profilácticas que terminaron influenciando las leyes «antianarquistas» y las prácticas del sistema penal, legales e ilegales, en la configuración de lo que hoy denominamos excepcionalismo penal en la «lucha antiterrorista». Por último, con un estudio mayoritariamente basado en la prensa libertaria de la época, examina la recepción, discusión y respuestas que se dieron frente a esas teorías criminológicas, para, después, discutir su propia diagnosis sobre la cuestión criminal con una amplia mirada sobre la cuestión social.