Los poemas de Elsie Vivanco son como flechas lanzadas al porvenir. No hay más que seguirlas, que escuchar el sonido que hacen cortando el aire. Solo la búsqueda de la belleza y de la verdad las guían, flechas que cortan la media mañana de los días, que se ondulan
Lo que las impulsa a las alturas es haber descubierto un mundo campesino dentro de la ciudad, y un campo en cualquier parte. ¿La ciudad? Bien, gracias. De esta parte o de la otra, el universo reverdece. Plantas, palmeras, animales, amigos
Sueños que son los de la realidad. En estos Dos libros, las descripciones de la naturaleza son absolutamente personales y también un personaje que recorre cada página. Me dijeron que esta es la nueva literatura gauchesca, y yo les creo.
Fernanda Laguna