El diplomático norteamericano George Darrow se dispone a reencontrarse con Anna Leath, la mujer que, catorce años antes, le abandonó para casarse con otro. Anna es ahora una rica viuda que vive en un idílico cháteau francés con su hija de nueve años y su joven hijastro, y Darrow espera ansioso recuperar la oportunidad perdida; pero en el último momento ella aplaza la cita. Desengañado, el diplomático tiene una breve aventura en París con una muchacha ilusionada y pobre que se enamora apasionadamente de él.
Unos meses después, es invitado al château de la viuda, que, después de todo, le ama y desea casarse con él; pero allí Darrow se encuentra con que la nueva niñera que tiene a toda la familia encandilada es precisamente la joven de su affaire en París. De la relación ardua y peligrosa de estos tres personajes, más la relevante figura del hijastro, surge un cuadro minucioso y tenso, lleno de turbias corrientes subterráneas, en torno a un ménage à quatre que a muchos ha recordado La copa dorada de Henry James, a quien, por cierto, le encantó la novela. El arrecife (1912) es una magnífica muestra del refinado talento de Edith Wharton para la disección de las más ocultas intimidades, siempre enfrentadas a los «criterios convencionales» y siempre bajo el juego de velos y sombras con que tratan de encubrirse «las duras lecciones de la experiencia».