No hay crisis climática. Hay una voluntad política de que el clima esté en crisis. Esta es la tesis que Mark Alizart defiende en este libro brillante y provocador. Cuando los Estados no solo permiten que se incendien los bosques, sino que llaman a prenderles fuego; cuando no solo se contentan con ignorar el Acuerdo de París, sino que lo destrozan en público; cuando no se limitan a dudar de los científicos, sino que los amenazan, entonces podemos afirmar que están haciendo todo para que el planeta sea destruido.