""Todo acto poético es, de alguna manera, una traducción"", sugiere Pura López Colomé en estas páginas. Y si un poema es de alguna manera una forma de interpretación y conocimiento del mundo y sus objetos, un dispositivo de comprensión de un orden simbólico complejo y diverso, su traslación a otra lengua equivale a una mise en scéne de estrategias y herramientas discursivas que, guiadas lo mismo por el rigor que por la intuición, hacen posible la aprehensión y el entendimiento de aquel orden doblemente revelado.
En este libro, a caballo entre una íntima libreta de confesiones y un camuflado y muy particular manual de estilo, la poeta, ensayista y traductora revisita, en sendos textos, a cinco de sus figuras tutelares (Emily Dickinson, Marianne Moore, Elizabeth Bishop, Fanny Howe e Hilda Doolittle) a la vez que comenta estrofa por estrofa, y a veces verso por verso sin dejar en no pocas ocasiones de corregirse ella misma la plana, sus propias versiones de algunos de los poemas más emblemáticos de esas grandes poetas norteamericanas.