La escritura previa es una de las formas de la coincidencia. Es también lo que suena en un cántaro, las líneas imaginadas, las enunciadas, el proceso del barro, el recordatorio del agua fluyendo. Una maquinaria que se echa a andar para alguien en clave de retorno. Lo que se espera que ocurra antes de un viaje y lo que se consume durante el camino. Lo que se escribe para encontrar lo que se encuentra al viajar, para encontrar el encuentro.
Se trata de una colección que busca encontrarse con las cosas del mundo, con lo que está y que no está, con el aire delgadísimo del territorio interior y las palabras que procesen la distancia con los otros. Sólo una minucia preliminar. Un plan inaprensible, su inquietud y registro. El aleteo de un lugar, el gesto de volver atrás y un diario para borrar que nada sucede dos veces.