Poesía que tiene la potencia de hablarle a cada a cada lector desde una cercanía única. Esa intimidad, y ese riesgo, nos permiten encontrar la gracia en el afuera conviviendo con una lucidez que no niega el dolor. A través de los libros, y a través del tiempo aquí reunido, Alicia nos entrega con manos abiertas estos resplandores capaces de llevarnos a afinar la escucha, a mirar el mundo como a un sueño doloroso para que lo visible aquí expanda una callada euforia.
Gabriela Cabezón Camara.