Para acercarse a la "cuestión morisca", viva y recurrente (como acredita la conmemoración del centenario de la expulsión) es necesario crear nuevos espacios de análisis, niveles de aprehensión que se distancien de la rutina y el tópico. Procede traer metáforas que comprendan el conjunto social de la época con toda su diversidad de aspiraciones, gradaciones, glorias y miserias. En un libro anterior hablaba el autor de "la convivencia negada", puerta para el análisis circunstanciado de todos y cada uno de los factores de la negación, mayormente atribuibles a los poderes veterocristianos, pero no sólo a ellos, que condujeron a la tragedia de 1568. En este volumen, aquí y ahora, la propuesta es "la suerte de los vencidos" (con su complementario "el botín de la victoria"), cuyo sentido no es difícil adivinar. Hay una diferencia metodológica esencial entre las dos propuestas: si en aquélla se pretendía la sistematicidad, en ésta se ofrecen unos apuntes y casuísticas que pueden ser asimismo válidos para acercarse a ese gran objetivo que es la correcta aprehensión de la compleja, y aun resbaladiza, "cuestión morisca". Precisamente esta expresión, cuestión morisca, aparece en el subtítulo del volumen, así subrayada, por lo que encierra de llamada a la reflexión seria y desprejuiciada.