Las linternas flotantes, como ritual de conmemoración, entre histórica y religiosa, que se desarrolla ante la inmensidad de las aguas poniendo a navegar unas ofrendas, aluden también a las palabras de este libro, que se organizan como una serie de letanías semi oraculares, como si nos dijeran que de la religión, de la historia, o de las creencias en general, también podemos conservar la canción. Uno de los más perdurables efectos de la lectura de estas linternas flotantes es el de haber visto, o escuchado, desplegarse unas oraciones que sin ser religiosas recuerdan el misterio, también la dulzura y la acritud, la magia impensable, de ciertos ritos declamados.
Sergio Chejfec