Las novedades de las sociedades contemporáneas se nos presentan en retazos sueltos: sociedad de la información, cuerpos cyborgs, trabajo inmaterial, ingeniería genética, capitalismo cognitivo, ciencias poshumanas
Todo apunta, de un modo fragmentado, a una crisis del humanismo y un ascenso de la información como técnica, cultura y concepto.
Pablo Rodríguez logra reunir estos retazos para describir nuestra época bajo la hipótesis de una gran mutación epistémica que comienza en el siglo xviii con la estadística, pasa por la desencriptación de mensajes en la Segunda Guerra y termina de coagular a mediados del siglo xx. Solo que no lo hace en torno al estructuralismo europeo, donde el Foucault de Las palabras y las cosas intuía el fin del humanismo, sino en torno a la teoría cibernética y la teoría de sistemas norteamericana. La arqueología de saberes tan diversos como la sociología, la genética, la psicología, la inmunología, la antropología o las neurociencias, nos muestra un mundo donde el lenguaje se ha desprendido de las personas y diseminado entre las máquinas y las moléculas. Las palabras están en las cosas. Como seres que comunican, que se organizan y constituyen sistemas, personas, cuerpos, linfocitos, cerebros o máquinas que conviven en un mismo plano ontológico: el de los seres informacionales.
En este nuevo mundo se moldean las nuevas formas de acumulación capitalista, las estrategias de poder pasan por el gobierno algorítmico y la optimización de la vida, y las personas fabrican su subjetividad como una mixtura entre datos, máquinas, biomoléculas y objetos animados.